Además de su valor estético, siempre subjetivo y frecuentemente cuestionado (especialmente entre los ayatolás de la fotografía de naturaleza, los más atentos guardianes de su ortodoxia...), la fotografía de fauna en alta velocidad es capaz de aportar otro tipo de información, más objetiva o científica. No pocas averiguaciones sobre la biología o la etología de los sujetos fotografiados pueden realizarse de esta manera, aprovechando que está en la mano del fotógrafo el detener el tiempo en un simple fotograma. A mi, al menos, siempre me descubre cosas nuevas.
En el caso del nido de golondrinas dáuricas, que os mostraba en la última
entrada, la duda me tenía en un sin vivir - ¿cómo se las arreglarían para acceder al interior sin chocar con el techo o la boca de entrada? Pues la respuesta era bien sencilla: afinando la puntería...
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Golondrina dáurica (Cecropis daurica) en el momento de acceder a su nido |
Aprovecho la entrada, también, para arrojar algo de luz sobre el montaje de flashes y cámara para los más técnicos: cámara con un objetivo fijo de 50mm de focal, un flash para iluminación frontal, separado de la cámara mediante un brazo articulado y colocado lo más alto posible para evitar sombras en el techo más un segundo flash dedicado casi en exclusiva a iluminar el fondo y tapar la sombra del primer flash. Los flashes son mis nuevos y baratísimos Yongnuo YN560-III, que sólo disparan en manual pero que traen incorporado un estupendo receptor inalámbrico con el que pueden ser disparados desde un transceptor situado en la zapata para flash de la cámara. La cámara era disparada mediante un cable disparador largo.
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Montaje de flashes y cámara para la fotografía del nido de golondrina dáurica |