jueves, 2 de diciembre de 2021

Milano real

El vertedero de Colmenar Viejo era uno de los mejores lugares que conocía para tomar fotografías de milano real en vuelo. Hoy en día lo sigue siendo pero además también los es, seguramente, para observar buitres negros.  Parece que a la importante colonia de esta necrófaga en la Sierra del Guadarrama le está yendo muy bien en los últimos años pero no me deja de causar cierto desasosiego ver estas aves posadas en los taludes del vertedero junto a toda nuestra inmundicia... una muestra más de nuestra capacidad para alterar la dinámica de todos los ecosistemas.   


Milano real (Milvus milvus) volando próximo al vertedero de Colmenar Viejo

  

viernes, 8 de octubre de 2021

Mirlo acuático

El mirlo acuático es el habitante, por excelencia, de los ríos de montaña. Su alimentación, basada en diferentes clases de invertebrados acuáticos, hace que sólo pueda habitar corrientes muy bien conservadas; por lo general, cursos de aguas rápidas y bien oxigenadas. La mayoría de las veces únicamente alcanzaremos a ver un pequeño proyectil oscuro volando a ras de agua tras escuchar un reclamo metálico. Si tenemos la suerte de observarlo mientras se alimenta nos maravillará su capacidad para sumergirse en las gélidas aguas del torrente más vivo y andar de forma inexplicable sobre su lecho rocoso (parece ser que el empuje de la corriente sobre su dorso arqueado es el artífice de esta magia).

Quizá porque en mi corazón está asociado a lo más salvaje y puro de la montaña es, desde hace muchos años, una de mis aves favoritas. No se puede decir que sea un ave especialmente llamativa pero sí tiene, para mí, la elegancia de la discreción. Esa combinación de tonos pizarra y matices satinados de las plumas del dorso y las alas contrastando con la bandera blanca de su pecho son mi debilidad.

Aunque hace ya bastantes años (durante las primaveras de 2009 y 2010) dediqué bastantes horas a fotografiarlos escondido en un hide, cada vez que me encuentro con uno no puedo resistir la tentación de sacar el teleobjetivo y arrastrarme cuerpo a tierra hasta la orilla del río. En esta ocasión dí con un  individuo más confiado de lo habitual que me brindó un rato de disfrute y la oportunidad de hablar de él en este blog.                


Mirlo acuático (Cinclus cinclus), río Jarama, sierra del Rincón


Larva de tricóptero, uno de los alimentos habituales del mirlo acuático


miércoles, 15 de septiembre de 2021

Sapo partero común

El sapo partero común, que no tiene nada de esto último en bastantes lugares en los que solía serlo, ha sufrido una regresión muy importante en sus poblaciones durante los últimos años. La causa principal de su desaparición ha sido la irrupción de la quitridiomicosis, una enfermedad causada por hongos del género Batrachochytrium que ha producido mortalidades masivas.   

En algunas zonas de alta montaña como el mazizo de Peñalara ha llegado al borde de la extinción y necesita actualmente de la cría en cautividad y posterior reintroducción en lugares apropiados.

Se trata de una de mis especies favoritas de anfibio, no sé si por su pequeño tamaño, su preiosa pupila vertical  o lo curioso de su ecología reproductiva (es el macho el que porta a su espalda el cordón de huevos fecundados hasta que los renacuajos están listos para nacer, momento en el que los deposita en el agua).

Aprovechando que hace poco vi mi primer ejemplar de la población que ocupa la sierra de Guadarrama voy a rescatar unas fotografías algo más antiguas de la misma especie pero correspondientes a una población diferente (la del sureste de la comunidad de Madrid) y que pertenecen probablemente a una sub-especie diferente (Alytes obstetricans pertinax).

Macho de sapo partero común (Alytes obstetricans) junto a un antiguo lavadero en el que se reproduce. Este lugar no está exento de problemas causados por el hombre como la contaminación eventual de las aguas del pilón. 

Sapo partero común (Alytes obstetricans)


Larva de sapo partero común.


jueves, 1 de julio de 2021

Luces de montaña

Mi primera publicación (hace ya muchos años, en los hoy desaparecidos blogs de lacoctelera) compartía título con esta última entrada. Por aquel entonces se trataba de homenajear al desaparecido Gallen Rowell y su mítico libro sobre fotografía en la naturaleza, que marcó mis comienzos como fotógrafo de forma indeleble. Hoy recurro al mismo título como auto-invocación de un tiempo pasado en el que la la ilusión por descubrir todo lo que la naturaleza nos ofrece impulsaba mis pasos. Inevitablemente, las experiencias vividas van reemplazando la ingenuidad de los primeros tiempos con conocimiento. A cambio, perdemos una buena dosis de energía y de voluntad de explorar puntos de vista nuevos en el camino. La salida nocturna de la última luna nueva con mi amigo Carlos me devolvió por algunas horas a esos tiempos pasados que siempre fueron mejores o seguramente sólo diferentes... Muchas gracias por la compañía!   

Cielo estrellado en la Laguna Grande de Peñalara, Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama