miércoles, 15 de septiembre de 2021

Sapo partero común

El sapo partero común, que no tiene nada de esto último en bastantes lugares en los que solía serlo, ha sufrido una regresión muy importante en sus poblaciones durante los últimos años. La causa principal de su desaparición ha sido la irrupción de la quitridiomicosis, una enfermedad causada por hongos del género Batrachochytrium que ha producido mortalidades masivas.   

En algunas zonas de alta montaña como el mazizo de Peñalara ha llegado al borde de la extinción y necesita actualmente de la cría en cautividad y posterior reintroducción en lugares apropiados.

Se trata de una de mis especies favoritas de anfibio, no sé si por su pequeño tamaño, su preiosa pupila vertical  o lo curioso de su ecología reproductiva (es el macho el que porta a su espalda el cordón de huevos fecundados hasta que los renacuajos están listos para nacer, momento en el que los deposita en el agua).

Aprovechando que hace poco vi mi primer ejemplar de la población que ocupa la sierra de Guadarrama voy a rescatar unas fotografías algo más antiguas de la misma especie pero correspondientes a una población diferente (la del sureste de la comunidad de Madrid) y que pertenecen probablemente a una sub-especie diferente (Alytes obstetricans pertinax).

Macho de sapo partero común (Alytes obstetricans) junto a un antiguo lavadero en el que se reproduce. Este lugar no está exento de problemas causados por el hombre como la contaminación eventual de las aguas del pilón. 

Sapo partero común (Alytes obstetricans)


Larva de sapo partero común.


3 comentarios:

  1. Qué pena. Nos lo vamos cargando todo... Abejas, anfibios... recorremos todo el diccionario. En fin, esperemos que nuestros pequeños amigos anfibios puedan superar esto.
    Y unas fotos magníficas, como siempre. Gracias por publicarlas y concienciarnos de estos problemas.

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    1. Bueno, yo tampoco quiero ser negativo o excesivamente moralista... También hay esperanza. En los coles creo que sí ha mejorado mucho la educación ambiental. Y luego si cada uno ponemos un poco de nuestra parte se pueden solucionar muchas cosas. Yo disfruto mucho enseñándoles a los niños los bichos en las salidas al campo y creo que tiene un efecto muy positivo en ellos.

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  2. Esos ojos tendrían que atraer la atención de toda la sociedad y servir de aliciente junto con su voz de reclamo para que hiciésemos más esfuerzos por su conservación y la de todos los anfibios

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