Se trata de una especie endémica de la península ibérica cuya distribución es, además, bastante limitada. Tenemos la suerte de seguir conservando algunas pequeñas poblaciones en la sierra de Guadarrama a pesar de la acción devastadora de los salvelinos y truchas introducidos en las cabeceras de muchos arroyos. De hecho, han sido necesarios programas de eliminación de estos salmónidos y la cría en cautividad de la rana patilarga para reforzar sus escasas poblaciones. Por cierto, a juzgar por lo que vi el otro día, las tareas de eliminación de salmónidos o se han abandonado o no han sido todo lo exitosas que se esperaba...
Rana patilarga junto a un arroyo de montaña, uno de sus hábitats preferidos |